lunes, enero 21, 2013

Tocar en un grupo


De todas las cosas que siempre quise hacer, de las que me imaginaba, cuando niño, que haría cuando  fuera mayor, tocar en un grupo es de las pocas que se han cumplido y, además, se han cumplido bien.

Me gusta, me gusta muchísimo tocar en un grupo. Simplemente eso, tocar, tener unos compañeros de banda con los que compartir momentos vitales de calidad, con los que experimentas toda la gama de sensaciones de la autoestima: desde la sensación inicial de "dios mío, con lo malos que somos, ¿cómo vamos a tocar estas canciones?" hasta el subidón verdadero (a mí a veces se me saltan las lágrimas y otras veces, con perdón, me empalmo

Casi siempre soy el más atractivo, no sé porqué
mientras tocamos y la cosa "suena").

Tocar es difícil. Cuando tienes ya cerca de 50 castañas, ojo, juntar a cuatro personas y que las cuatro coincidan en todas las cosas que hay que coincidir para poder ensayar juntos, sólo intentarlo es ya un triunfo. Cuando ves que la cosa empieza a funcionar (y "funcionar" quiere decir tantas cosas como grupos hay) te das cuenta de lo gustoso que es eso de juntarte con personas unidas por una extraña pasión -tocar música junto a otras personas- y, juntos, empezar a construir el proyecto.

Yo adoro esto. Montar canciones. Trabajarlas. Ver que las cosas funcionan. que lo que tienes en la cabeza empieza a cobrar sentido. Me gusta trabajar temas propios y versiones y me gusta, sobre todo, tocar. Ver que la primera vez que tocas suena a mierda. Y que poco a poco las piezas empiezan a encajar y surgen nuevas formas, nuevas sensaciones que ni de coña esperabas, pero que te sorprenden mientras te aprendes un lick de guitarra, un patrón de batería, una línea de bajo, una armonía vocal complicada.

Ahora toco con thePerros. Con Jota, al bajo, y sus movidas personales y musicales y su constante tormenta interior; con Bertoldo, a la guitarra, un maestro de la teoría musical y de la práctica, sobre todo con las guitarras acústicas (española y americana) y su generosidad de carácter; con EmeÁ, a la batería, hombre de sabias manos y carácter afable, el típico tío al que no puedes evitar pasar la mano por los hombros cuando le ves. Somos cuatro bichos raros que, de no mediar la música, jamás hubiéramos tenido un minuto en común, pero... ya nos ves, viéndonos todas las semanas y levantando un grupo que espero que puedas ver pronto en vivo.

Cuando tocas en un grupo, otro aspecto importante, es el tiempo que dedicas a eso, incluso cuando no estás con ellos. Como no hay demasiado tiempo para ensayar juntos (si hay suerte, una tarde a la semana), es importante el trabajo en solitario, en tu casa. Entre las muchas canciones que estamos montando ahora, me tiene sorbido el seso Hotel California, el clásico de Eagles. Desde siempre me ha encantado esta canción, especialmente, las guitarras. En thePerros, Bertoldo es el guitarra solista oficial, pero a mí me gusta mucho pisar el distorsionador y marcarme mis solitos. En este tema, el super solo final de la canción, me ha tocado a mí y estoy en ello. Un día lo tocaré bien y el día que nos veas en un escenario tocándola, te la dedicaré, por haberla aguantado en este video.

¡A por ellos!


 Mejorará, lo juro.

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