jueves, septiembre 18, 2008

La noche me regaló un juguete

Esto sucede hace unos días, una semana, tal vez, no recuerdo exactamente cuándo. Despierto, un poco aturdido, porque acabo de levantarme, pero estoy despierto. De hecho, aunque son las 4 de la mañana, llevo una hora dando vueltas en la cama y, no aguantando más, me levanto y busco algo que hacer. No me apetece ver la tele otra vez, así que bajo a mi despacho, donde puedo coger mis guitarras y no molestar al personal.
Antes de bajar la escalera de caracol, algo me llama la atención fuera, en el jardín (llamarlo jardín es un exceso de benevolencia, pero en fin). Me he dejado un foco encendido. Es extraño, porque son unos focos que sólo enciendo si viene alguien y cenamos bajo las encinas, y anoche no vino nadie a cenar. O sea, que, ¿qué coño hace ese foco encendido? Salgo por la puerta principal al exterior y me doy cuenta de que no hay luz alguna encendida. Es la luna. Hay luna llena, o casi, y el resplandor lunar es absolutamente alucinante. Está la noche bañada de una luz azul asombrosa. Si, como yo, has vivido siempre en una ciudad grande, llena de gente, de ruido y de luz, las noches en el campo te asombrarán durante años. En serio, aún no me he acostumbrado al espectáculo del cielo permanentemente estrellado o a este nuevo descubrimiento de la luz de la luna llena estival. Es una luz azul, un poco vaga, acariciante, nada cegadora, inspiradora.
Llevaba días con una frase musical metida en la cabeza. Es una sencilla, pero bonita, progresión de acordes tocados en forma de arpegio, con los dedos, no con púa, que me tenía loco de lo bonito que sonaba. Es esto:




Sencillo, ¿verdad? pero nada simple y, a mí, al menos, me sonaba redondo. El caso es que no sabía dónde podía encajar esa frase musical, no se me ocurría nada más... hasta que la luna me dijo lo que había que hacer.
El mismo día había tenido una noticia... desgraciada. Desgraciada desde el punto de vista individual. Es decir, malo para mí, pero no necesariamente para ese alguien, al que, imagino, le irá mejor.
El caso es que mi estado de ánimo, melancólico a más no poder, la luna llena y su luz embriagadora, la frase musical y el silencio de la noche se aliaron para hacerme bajar a mi despacho, coger mis guitarras acústicas y componer esta pieza, este juguete musical a tres guitarras y tres voces que se llama Las letras de la luna. Es así:

LAS LETRAS DE LA LUNA (J. Duret)


Y si fuera la Luna la que no me deja dormir,
y si sus destellos dejaran su sello aquí;
y si sobre mi cuello cayeran tus cabellos al fin...
Y si fuera la Luna la que no me deja dormir,

Noche adelante, miedo constante
no poder amarte, y tampoco extrañarte
la Luna, si viene, no me deja dormir

Y si fuera tu risa la que no me deja reír,
y si fueran los sueños los que se han hecho dueños de mí
y si me empeño en amarte y desdeño lo bueno de ti
y si fuera tu risa la que no me deja reír

Los ojos abiertos, mi mundo, despierto,
a los magos, alerto; y requiero a los muertos
la Luna, no puede, ya sabes, dejarme dormir

Luna lunera, tu luz vagabunda
se extiende, profunda, por mi alma entera
la Luna, ya sabes, me ha vuelto loco por ti

Y si fueran tus letras las que no pudiera leer
y si al irse tus rimas mi estima se diluyera en el té
si me faltan tus cuentos, no encuentro el momento de ser
el hombre que bebe tus letras, ¿Y si no las puedo beber…?

Ya noto tu aliento, porque es mi alimento,
tu brisa es mi viento, me muero tan lento
Si no puedo leerte, no sé qué más puedo hacer

El arpegio está grabado con mi vieja e insuperable (en sonido) Epiphone; una guitarra con tantos años y tanto sobe encima, que suena como la guitarra de un héroe.
El ritmo, el rasgueo, con la nueva, Ybanna, la Ibanez curvilínea, segura, acariciante y eficaz.
Y los solos, que más que solos son dos dibujos que se superponen, los he grabado con la de doce cuerdas.
Además, he usado el bajo de mi hermano Shaky, que lo tengo en casa a perpetuidad (y al que, al fin, he grabado con buen sonido) y he programado una batería sencilla (platillos, sobre todo) para dotar al conjunto de cierto empaque.
Bueno, puede que no sea una canción para cagarse, pero es un bonito juguete lunar, ¿no te parece?
A mí, sí.

como casi siempre, esto funciona solo medio mal, así que,. si tienes curiosidad, puedes bajarte el tema aqui: