viernes, agosto 15, 2008

Coqueteando con el fracaso

Mucha gente dice que debe ser difícil llevar bien el éxito. Personalmente, no lo creo. A lo mejor es difícil la fama, la popularidad excesiva, pero el éxito, eso está chupao...
Vivir acertando continuamente no es nada malo. Si cada cosa que haces te sale bien, eso es lo que los filósofos y los bobos llamamos (¿qué soy yo, bobo o filósofo? la solución en el próxiomo video-post) un camino de rosas.
Cuando vives equivocándote continuamente, el fracaso se asimila con más facilidad aún que el éxito. Lo malo es la alternancia entre estos dos polos. O ni siquiera la alternancia sino haber tenido alguna vez éxito, al que uno se acostumbra con pasmosa facilidad, y pensar que las cosas van a ser igual en el futuro.
Entonces, cuando caminas relajado sonriendo a ambos lados del camino, saludando con una casi imperceptible superioridad las rostros de las buenas personas que están a ambos lados del camino para verte pasar, cuando miras sus ojos admirativos y descuidas el suelo, y no ves las piedras, o no te coscas de que un cabroncete ha tendido un hilo de nylon de un lado al otro del camino, es cuando tropiezas; y en el lapso de tiempo que hay entre el tropiezo y el morrón, tu ego está tan autosatisfecho y complacido que se te olvida quitar de tu jeta la sonrisa helada y sacar tus manos de los bolsillos, y entonces pruebas el amargo sabor de la sangre de tu sonrisa, que te ha llenado la boca al golpear contra el suelo.
Esta era la sensación que teníamos los cuatro Ciclones al acabar el concierto del pasado sábado en Los Hinojosos, Cuenca. Pensábamos que ése era nuestro primer gran fracaso.
Juzgad vosotros mismos:

Si tenéis dificultades en verlo aquí, pues eso, aquí se puede ver en grande
Luego, Wilco, que se quedó allí unos días, es su pueblo, me llamó y me dijo que no era para tanto. Que él había visto el video que M., su mujer, había grabado (por cierto, M., no te he dado las gracias y no solo por el video, sino por tu generosa hospitalidad y la amabilidad de tu familia: gracias, de corazón) y que la cosa no estaba tan mal. Y no solo eso, sino que la gente por la calle le felicitaba y le decían que la cosa estaba genial... hasta el punto que la misma alcaldesa, recogiendo la sensación y las peticiones del pueblo, nos invitaba a volver el año que viene, en fiestas, en condiciones mejores, porque este año, cuando se planteó la cosa, era un poco tarde, el cartel y las contrataciones de las fiestas estaba cerrado y se hizo un esfuerzo por parte de las peñas y de nosotros mismos, que renunciamos a nuestro caché, para que pudiéramos ir a tocar allí.
En fin, que no debió ser tan horrible la cosa como fue la sensación que sacamos de allí. En parte, y es algo que Wilco y su familia me asegura y yo no tengo porqué dudar, porque la reacción de la gente no fue demasiado entusiasta o calurosa: estaba lleno de gente, pero parecían estar esperando el bingo que se hizo antes de terminar el concierto y miraban el reloj con impaciencia en plan, ¿cuándo se callarán estos pesados? Pero me dicen que la cosa va así: que la gente hinojosa es muy fría en este tipo de situaciones y yo me lo creo. Pero, por si me lee algún hinojoso, le digo, lo mismo que se me puede oír diciendo en el video: un poco más de rollo, hinojosos, no vendría mal...
Por lo demás, ninguna queja: nos trataron a cuerpo de reyes y estamos deseando volver. UN buen sitio para pasar un fin de semana, en serio.
La canción que hemos puesto, todos la conocéis; es el célebre RnR en la plaza del pueblo, de los inolvidables Tequila, ajustada para la ocasión. Algún fallito hay, pero os juro que aun con el pobre sonido que recoje el micro de la cámara, se oye mil veces mejor de lo que oíamos nosotros en el escenario